Hace un mes eramos testigos de una noche llena de baloncesto, emoción y locura en el Quicken Loans Arena, donde los Golden State Warriors se proclamaron campeones de la NBA. Pero ¿qué hay detrás de todo esto? ¿Qué hay detrás del juego y el espectáculo? Muchos nos sentamos en la comodidad de nuestras a casas a criticar, admirar y/o hacer fuerzas por el equipo que consideramos merecedor del campeonato. Otros tuvieron la dicha de vivir esa increíble experiencia en el estadio, donde gritaron y celebraron cada victoria de su equipo.
Sin embargo, por ahí debía estar uno que otro esperando el momento exacto en el que LeBron cometiera un error para atacarlo, mientras el llamado rey de la NBA estaba ansioso por no perder una final más y no defraudar a nadie. En algún lugar debía estar aquella persona que aunque notara el gran talento de Stephen quería la victoria del otro equipo y esperaba el instante que fallara un triple y decir "no es tan perfecto, todos fallan", mientras el actual MVP cargaba la responsabilidad de terminar un año "perfecto" para los ojos de cualquiera.
Si miramos claramente la historia, la temporada y los jugadores de ambos equipos, cualquiera merecía el tan esperado anillo de la NBA.
Por un lado estaban los Cleveland Cavaliers que además de no haber conseguido un campeonato, contaban con uno de los mejores jugadores de la NBA. Por su parte, los Golden State Warriors quienes habían conseguido su último título hace 40 años, llegaban a esta instancia con el jugador más valioso de la temporada. Ambos, con una temporada increíble merecían la victoria, pero el juego solo permitiría que uno lograra tal objetivo.

A los fanáticos de los Warriors muchas felicidades, se merecen esto después de tanto tiempo, los de los Cavs les pido paciencia, ese anillo tan esperado llegará muy pronto. Pero principalmente gracias a este deporte, que nos hace soñar y vibrar con cada jugada. Llevamos un mes sin NBA, uno menos para la tan esperada temporada!
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