
De un
lado a otro de la cancha se prepara para "volar", da un increíble
salto hasta el aro y ahora para celebrar agita sus brazos de arriba a abajo,
como el vuelo de un imponente pájaro. Y es que las dos alas tatuadas en sus
brazos no son por que sí. A Chris siempre le ha gustado su apodo: Birdman.
Cuando se
hable del anillo de Miami en 2013 escucharemos a muchos recordar el dramático
séptimo partido, los increíbles números de LeBron James, el
emocionante triple de Ray Allen en el sexto
encuentro o el de Mike Miller sin un zapato. Seguramente
pasaremos por alto los tapones y el juego de Chris Andersen.
Conseguir
ese anillo seria para Chris un imposible meses atrás, cuando se encontraba sin
equipo, y aun más hace ocho años cuando la NBA lo suspendió por consumo de
drogas.
Por eso
es difícil que Chris Andersen pase desapercibido. Su cuerpo tatuado y su
actitud lo hace ser unos de los jugadores más queridos y extravagantes de este
deporte.
Detrás de
esa imagen de "chico malo" se esconde una historia de errores,
ambiciones y éxitos.
Su
infancia no fue sencilla, a temprana edad fue abandonado junto con su madre y
hermanas por su padre. Luego en la adolescencia probaría todo deporte que se le
cruzó, pero sin duda se enamoró del baloncesto.
Chris
contaba con la actitud y el potencial de un gran jugador defensivo, pero sus
malas calificaciones y compañía lo alejaron de grandes oportunidades. Sin
embargo, jugó un año en el instituto Blinn College y en 1999
participó en el draft de la NBA, pero no fue elegido por ningún equipo, lo que
lo llevó a volar a China y jugar en Nangang Dragons. En el 2001 fue
seleccionado en el primer puesto del draft de la NBDL por los Fayetteville
Patriots. Al mes de debutar se convirtió en el primer jugador de la
D-League en acceder en la NBA al ser fichado por Denver Nuggets en
donde permaneció cuatro años.
Así fue
como aquel "pájaro" sin plan ni rumbo, aterrizó en la mejor liga de
baloncesto del mundo, y con esto desviar aún más su camino. Aparecieron los
tatuajes y las multas pero también sus increíbles tapones, mates y rebotes, que
le fueron dando el apodo de Birdman.
En 2004,
firmó con New Orleans Hornets donde participó en el concurso
de mates, obteniendo el tercer lugar. Sus números y minutos aumentaron pero
también los problemas: Andersen fue suspendido por dos años por violar
repetidamente la política anti-droga de la NBA. Este hecho, sin lugar
a dudas, le cambio la vida para siempre. El 25 de Enero de 2006 parecía que
había llegado el fin de su carrera deportiva.
Después de cumplir la sanción, volvió en Febrero del 2008 para jugar con
los Denver Nuggets. Regreso un hombre completamente nuevo,
centrado en el deporte y enfocado en sus objetivos. Su estilo y habilidad lo
hicieron convertirse en un icono para la afición: Chris aprendió como volar
nuevamente.

Rápidamente se ganó el cariño y admiración de los aficionados y
contribuyó en momentos puntuales al equipo, su juego mejoró y su más alto vuelo
lo consiguió el 21 de Junio de 2013 cuando consiguió su primer
anillo en la NBA.
Esto sin duda era algo imposible por el niño abandonado por su padre, el
adolescente con malas calificaciones y el jugador suspendido por consumo de
drogas.
Equipos como New York Knicks, Houston Rockets, Dallas Mavericks y
Cleveland Cavaliers se interesaron por Andersen para la próxima temporada
2014-2015 pero los deseos del jugador han sido permanecer en Miami.
Hoy en día es considerado como uno de los mejores sextos
hombres. Es extremadamente disciplinado y cuenta con una gran popularidad
no solo por sus tatuajes, también por mostrarse como pieza importante en el
esquema defensivo de Erik Spoelstra.
Debemos agradecer a Chris por su espectáculo y brindarnos una de
esas grandes historias que enriquecen el valor de la vida, los sueños y el amor
por este deporte. Un ejemplo de valor y superación.
Chris Andersen dejó de caer para volver a volar, y seguramente aún le
falta mucho por recorrer.
Miss Basket Latin America.